La leyenda
La verdad saliendo del pozo – Jean-León Gerome – 1896
Cuenta la leyenda, que un día la verdad y la mentira se cruzaron.
-Buen día -dijo la mentira.
-Buenos días -contestó la verdad.
-Hermoso día -dijo la mentira.
Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto. Lo era.
-Hermoso día -dijo entonces la verdad.
-Aún más hermoso está el lago -dijo la mentira.
Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo:
-El agua está aún más hermosa. Nademos.
La verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la mentira.
Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas.
Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
La verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira, comenzó a caminar sin ropas y todos se horrorizaban al verla.
Es así como aún hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo.
Contar la verdad es más productivo
La verdad implica la necesidad de ser asertivo, empático y gestión emocional, pero, siempre da como resultado beneficios a largo plazo. Siempre lo que es a largo plazo, cuesta más llevarlo a cabo y es una tentación tirar por el camino fácil de la mentira, pero sin embargo la mentira es un camino inestable del que podrás caerte con facilidad y que afectará gravemente a tus relaciones.
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