La vida es un escenario desde hace años de personas corriendo de un lado para otro, incapaces de recordar claramente porque están corriendo y por lo que están corriendo es realmente tan importante. Solo corren, otros corren y ellos creen que sin no corren no van a llegar, pero, ¿A dónde?
A caso hemos reflexionado sobre como queremos vivir, ¿Hemos planeado cómo podemos llevarlo a cabo?, ¿Nos hemos planteado que tal hacemos las cosas o si podemos mejorar?
Por si fuera poco, actualmente hemos acrecentando los problemas para realizar una vida plena. Si ya nuestra actividad (no productividad) frenética iba desembocada desde hace años, marcándonos un ritmo de vida cada vez más ocupado gracias a la gran oferta de posibilidades, desde hace ya más de 10 años nos acompaña el mismísimo demonio entre nosotros.
* «Deamon» es el nombre que recibe proceso (programa no interactivo) cuando se esta ejecutando (reside en memoria).
Me refiero a los dispositivos con conexión a Internet, aquellos que nos permiten adentrarnos en el software creado por macro-empresas. Macro-empresas con hordas de ingenieros bien pagados, cuyo objetivo encomendado es hacer el software mas competitivo.
¿Por qué compiten? … Por nuestra atención.
Hago un llamamiento a la reflexión, al parar este mundo frenético, a plantear que uso de las comunicaciones e acceso a la información (Internet) sería mas idóneo para poder llevar una vida más plena, como individuos y como sociedad.
Si no estaremos abocados a cometer errores calculo a la hora de plantear un futuro.
Hace diez años viaje a Japón, a la cual admiro por muchísimas cosas, había un habito que aborrecía de ellos y admiraba de nuestra cultura, era el hecho de que a ellos vivían totalmente absorbidos por el mundo digital, casi siempre totalmente conectados a una pantalla. Nosotros todavía no sabíamos lo que sería un smartphone. Hoy cuando observo a la gente de a pie, me parece haber vuelto a Japón.
Luis Utrilla
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